jueves, 15 de octubre de 2009

¿Qué es "Hecho a mano"?

"Hecho a Mano" es un medio de comunicación escrito, que se edita cada estación del año escolar: otoño, invierno y primavera.

Es elaborada por un comité editorial, como parte de la Corriente Popular de Educación, organización dedicada a construir y visibilizar una alternativa política y social de construcción y lucha por un sistema educacional para las mayorías populares.

Posee dos soportes:
El material por medio del periódico en papel, y el digital, por medio del Blog: bloghechoamano.blogspot.com

Nuestros objetivos pasan por convertirnos en una herramienta de expresión, reflexión y comunicación efectiva de los trabajadores de la educación, en función de las necesidades organizativas y reivindicativas del sector. En ese sentido, los temas que se recogen en este medio guardan relación (entre otros) con:

- Las necesidades y desafíos de las organizaciones sindicales (unidad, movilización, claridad en los objetivos).

- Los debates en torno a las políticas y al sistema educacional.

- La generación de un discurso pedagógico crítico desde los propios educadores.

- La articulación con otras luchas sociales territoriales, sindicales, medioambientales, estudiantiles, etc.

Contacto: correo.hechoamano@gmail.com

Hecho a Mano nº4 / Primavera 2009


Hecho a Mano nº 4 / primavera 2009
!Con nuestra época estamos comprometidos!








Editorial: Primavera 2009


“Dedicado a tres grandes y lindas personas del pueblo que ya no están aquí, que ya no nos acompañan, y de las cuales estamos profundamente agradecidos por el simple hecho de haber nacido y de haber luchado: Herminia Concha, Jaime Echeverría y Joaquín “Teo” Guzmán”

Un balance sincero, anticipado. Lecturas y propuestas de los trabajadores de la educación, es el tema central de esta cuarta edición del Hecho a Mano. Un recuento critico desde una visión política de los trabajadores frente a la situación nacional. Preguntas tales como ¿Qué ha significado la crisis económica? ¿Cuál ha sido el comportamiento de los trabajadores? ¿Qué invitación tenemos algunos sectores organizados del gremio docente para los trabajadores de la educación? Son preguntas que intentamos desarrollar y atender desde un esfuerzo colectivo, desde una periódica corriente de opinión llamado Hecho a Mano.

1. Primavera, algo no suena bien...

Para todos es cuento viejo ya, saber que Chile al igual que otros países del continente moreno y del resto del mundo atraviesa por una de las crisis mundiales más profunda de estas últimas 8 décadas.
Lo interesante de esto, no es precisamente saber que estamos en medio de una crisis, ya que por estas latitudes los salarios y la cesantía siempre han sido hechos críticos.
Lo interesante de esto, está en el hecho de saber y de experimentar que efectivamente Chile y el ensayo neoliberal acumulado de 36 años, sólo ha podido ofrecer a la gente, pobreza. Sí, pobreza, sueldos mínimos de 165 mil pesos, precarias condiciones de vida, recursos naturales estratégicos expoliados y entregados a un tercero que nada tiene que envidiarle a un Sebastián Piñera.

Estas últimas palabras dan cuanta de lo siguiente: en Chile somos 6 millones de asalariados, de los cuales 1 millón se encuentra cesante, el resto: 1 millón gana 165 mil pesos; de 5 millones, el 12 % esta sindicalizado, y la negociación colectiva cubre apenas al 10% de los trabajadores, es decir, un poco menos 600 mil trabajadores, y mas encima esta restringida a salarios. Como hecho añadido tenemos una legislación laboral que no sólo disciplina a los trabajadores en pequeños y fragmentados sindicatos de empresa, limitando el alcance que podría desarrollar la negociación de nuestra fuerza de trabajo, sino también el derecho a huelga en este marco legal, esta perforada por los reemplazos que permite la ley. -El Plan laboral de 1981 viene hacer la plataforma legal, ideológica, dispositivo social que configura el escenario sindical del Chile actual-.

Por último, bajo la ausencia –por el momento- de organizaciones gremiales combativas, resueltas en sus posiciones y prácticas, el panorama de los trabajadores en esta franja de tierra es francamente complejo, por no decir trágica.

Dado que Chile es un país riquísimo en recursos naturales, pero muy limitado económicamente, confinado básicamente a la explotación y exportación de materias primas sin valor agregado, con cero política proteccionista, al contrario, abierta al comportamiento internacional de los mercados. Esta nación se ve permanentemente sumergida a las voluntades económicas de conglomerados empresariales que encuentran en Chile un paraíso económico.
Nuestras “queridas autoridades” económicas llaman a esto; “Imagen país de Chile”, es decir, las diversas ventajas comparativas ofrecidas al mundo; sueldos bajísimos, recursos naturales estratégicos regalados, y una estructura social fuertemente desmantelada… es el olimpo del mercado de la libre competencia.
Olimpo que celebra en el mes de la patria, entre chicha y empanadas, el noveno mes de caída libre de la economia1, obligando a los trabajadores, y en general al pueblo de este país, asumir dos alternativas: seguir sobrellevando este triste escenario social de crisis, con pequeñas demostraciones de descontento, pero sin un ancla que nos permita hacer de esta sensación de descontento un puente de rebeldía. O por el contrario, hacer de esta ancla, una base que nos permita sostener nuevos tiempos de lucha, profunda en su sentido, amplia en su envergadura social, aglutinante en su espacio, dispuesta a contribuir y construir una comunidad activa militante para las mayorías asalariadas del país.

2- Crisis del padrón electoral y la alternativa popular.

Los políticos de estado son siempre lo mismo. Prometen construir un puente aunque no haya río.

A Chile se le suma el hecho de ser una nación con una limitada plataforma económica, el hecho social de estar gobernado por una minoría social en el poder. De los 8 millos de chilenos inscritos, solamente votan 6 millones, y de esos 6 millones, 1 millón vota en blanco y el otro millón anula, por tanto, entre suma y resta queda un universo de 4 millones de personas que sostienen la frágil pero poderosa estructura de representación política. -Cuando decimos poderoso, estamos planteando simplemente el hecho de que han podido gobernar este mediocre aeroplano político sin mayor contrapeso durante 20 años-.

Aun así las elecciones parlamentarias y presidenciales que se aproximan, a diferencia de las elecciones anteriores, muestran un claro desgaste del bloque o conglomerado concertacionista. Si bien este deterioro poco tiene que ver con profundas diferencias en lo que respecta al proyecto país de los distintos candidatos. Sí representan reacomodos que permiten visualizar dos hechos posiblemente a desenvolverse:

1. A 20 años de la transición pactada, el modelo de desarrollo económico impuesto, presenta claros signos de agotamiento, reflejados especialmente en tiempos de contracción económica. Lo que convoca a la franja concertacionista pensar una nueva estrategia política de desarrollo nacional, que le permita un nuevo ciclo o período hegemónico en el poder.
2. En caso contrario, a falta y torpeza de una estrategia de poder por parte del bloque dominante, y la posible audacia política a desarrollar por las franjas del activo popular. Cabe la eventualidad -siempre latente- de iniciar un nuevo período más resuelto y decidido en lo que se refiere al desarrollado de las fuerzas sociales y por tanto política de los trabajadores.

Por ende las elecciones que se acercan, más allá del recambio necesario y siempre natural -que tiene el estado de derecho por atribuirse el monopolio arbitrario del poder político-, nos recuerda y señala que los trabajadores y el activo movimiento popular, deben seguir levantando la alternativa, siempre compleja pero posible de constituirse en actor social y por consecuencia en fuerza política organizada, de dotarse creativamente de espacios de representación y participación política, independiente y emancipado del gobierno y de toda variable patronal

Esta primavera y sus retoños verdes por venir, deben dejar florecer los empeños sociales, sindicales y populares más anhelosos de nuestro pueblo;

Seguir acumulando fuerza, federar esfuerzos, colectivizar iniciativas, desarrollar estrategias de cooperación entre las franjas del activo popular. Debe anunciar una vez más y con mayor optimismo que antes, la emergencia paulatina de un nuevo proyecto político de las grandes mayorías explotadas y oprimidas de Chile.

¡Arriba los y las que luchan!

Psicología Social


Actuar sobre la realidad y cambiarla, aunque sea un poquito, es la única manera de probar que la realidad es transformable.
Eduardo Galeano

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a la salud mental como un estado de bienestar en el que el individuo realiza sus habilidades, maneja el estrés normal de la vida, puede trabajar productivamente, y es capaz de hacer una contribución a su comunidad. El mismo organismo admite que no existe una definición oficial de salud mental, y que factores subjetivos, diferencias culturales, y puntos de vista teóricos distintos afectan la definición del concepto. En base a esto podemos preguntarnos: entonces, ¿qué es la salud mental?. La definición de la OMS dista de ser objetiva y precisa. ¿Cómo saber que un individuo realiza sus habilidades?. O ¿cómo distinguir el trabajo que es productivo del que no lo es? ¿Qué significa contribuir a la comunidad? ¿Cómo se evalúa esto? Es relativamente más fácil determinar el estado de enfermedad en una persona que el de su salud. La patología es más visible que la normalidad. No sólo eso, en el campo psicológico una se puede confundir con la otra. Lo que es normal para unos es anormal para otros. Los criterios diagnósticos no son siempre fáciles de definir. Por otro lado, existe una pendiente que va de lo sano a lo enfermo, las distinciones a veces no son nítidas, y la posición de un individuo en este continuo es relativa a otros y varía con el tiempo y las circunstancias. Además, sabemos que la salud física y la salud mental o emocional son dos lados inseparables de la misma moneda, y que se influyen mutuamente.

Ante esta situación ¿qué es lo que debemos tratar?, para una rama del psicoanálisis el énfasis está puesto en la importancia de analizar y entender el carácter del paciente y no sólo sus síntomas. Cuando hablamos del carácter no es un concepto moral, estático o puramente psicológico, sino más bien funcional. Es básicamente la forma típica que tiene cada individuo de actuar y reaccionar, incluyendo la manera de moverse, hablar, caminar, mirar y relacionarse con otros, incluyendo patrones respiratorios y tensiones musculares. La estructura caracterológica tendría, por lo tanto, un componente psicológico y emocional y uno muscular o fisiológico. De esta manera, el carácter nos sirve como una forma de defensa ante emociones conflictivas y difíciles de tolerar, por lo general inconscientes, y que derivaban de experiencias traumáticas en la más tierna infancia. Patrones de tensión muscular en distintas áreas del cuerpo contienen la energía ligada a estas emociones y que se habían formado durante situaciones emocionalmente difíciles. Esto es lo que Wilhelm Reich denominó coraza caracterológica, es decir, es nuestra forma de ser tanto física como emocional, obra de las circunstancias en las cuales nos desarrollamos, y es así como nos presentamos y desde ahí emplazamos la vida. Es una defensa crónica ante los embates del exterior, que nos va moldeando hasta disminuir nuestra capacidad de creación y conexión afectiva.

Dentro del capitalismo poseer una salud mental y/o emocional sana es una rareza. Todos, o casi todos, los que vivimos en esta parte del mundo hemos sido criados, educados, adoctrinados e intimidados en un sistema socio-político que niega y reprime la espontaneidad natural del niño y del adolescente, y nos convierte en esclavos sumisos y obedientes de un sistema autoritario, patriarcal y arbitrario. La expresión emocional y sexual natural y espontánea, y la capacidad de auto-regulación y de experimentar placer están dañadas en casi todos nosotros.

Tal y como Reich escribió hace décadas, la neurosis o sufrimiento emocional, es un fenómeno colectivo, social y de masas, y no un problema individual y de algunas personas, como Freud creyó. La existencia de la enfermedad psiquiátrica en la población esta diseminada y es común, como lo demuestran los últimos estudios epidemiológicos o la experiencia de cualquier psiquiatra. La posible solución a muchos de estos problemas, a largo plazo, tendrá que ser social y colectiva más que individual.

De este modo, pensar en la salud es pensar en un proyecto colectivo y no selectivo ni excluyente, debiera regir nuestras vidas, como el amor, el conocimiento y el trabajo. Reivindicar la salud mental y física como el derecho a que todo hombre, mujer y niño posee, es una lucha que debe enfrentarse en un proyecto común; ya sabemos que la salud dentro de los márgenes del capitalismo no es más que un negocio entre las grandes cadenas farmacéuticas y sus empresarios; ellos construyen un ideal de salud que dista mucho a lo que debiera ser, a ellos les conviene tenernos drogados, limitados y embrutecidos por enfermedades creadas, donde el antídoto sanador curiosamente lo tienen ellos mismos; son capaces de introducir pánico ante posibles pandemias, generan psicosis colectivas y crean un consumo compulsivo de ansiolíticos y fármacos, que imposibilitan nuestra capacidad de comprensión corporal y emocional y nos hacen dependientes e insensibles.

Por ello, la salud no se obtiene después de que nos mejoramos de algún resfrío, de una contractura muscular o de una depresión; la salud no es sólo un estado opuesto a la enfermedad o al síntoma, la salud es también prevención, es generar las condiciones para que nuestras vidas sean encauzadas de manera más plena, y eso en el capitalismo no se da, no es una obra cotidiana, ya que vivimos bajo condiciones estresantes, se nos exige ya sea en el trabajo o en la escuela producción eficaz. Ante esto, la salud se nos presenta como un todo; cuando se habla de prevención no es sólo velar prematuramente por nuestra integridad, sino que se trata de un planteamiento colectivo, cómo nuestra clase genera las posibilidades de tener un proyecto de salud en los distintos ámbitos en los que nos desenvolvemos: laboral, psicológica, fisiológica, ambiental, etc. Se trata de asirla en el ejercicio mismo de la lucha por vivir dignamente.

Sabemos que hoy en Chile, el que no tiene dinero se muere, el proyecto de salud pública del gobierno es terriblemente precario, inoperante y antiético. La “salud” es un privilegio que ostentan los ricos o para quien pueda endeudarse; lo cual hace que para nosotros, una enfermedad sea cual sea se nos presente como catastrófica. Ante esto la tarea que se nos presenta es grande, se trata de pensar en la salud que necesitamos, esto será labor de la lucha en los sindicatos, en las escuelas, en la comunidad, en las familias, con los compañeros y en cada uno de nosotros. Se trata de luchar por el derecho a la salud para todos y todas, una salud que sea gratuita, universal y solidaria, y desde ahí, desde un emplazamiento colectivo, empezar a transformar las precarias condiciones de vida impuestas.

Claudia Lártiga P.

Una visión crítica de los ajustes curriculares

Una visión crítica de los ajustes curriculares

Ignacio Bastías
Colectivo Mal de Ojo


El ajuste curricular que fue recientemente publicado en su forma definitiva, y por lo tanto comienza a implementarse, ha producido bastante inquietud entre los profesores, los que finalmente debemos concretarlo pedagógicamente en nuestro trabajo en las aulas. Este breve artículo de opinión tiene por objetivo contribuir al debate en torno a los cambios curriculares, pero por sobre todo, encierra el objetivo de construirnos como profesores sujetos, que podemos reflexionar sobre nuestro trabajo y proponer caminos a seguir, y no meros objetos y ejecutores de políticas educativas diseñadas en esferas de poder por expertos y autoridades.

No discutiremos aquí en detalle los cambios que se plantean en los ajustes. En general podemos ver que se plantea una nueva arquitectura de los programas de los diferentes subsectores, reorganización de los ciclos, introducción de conceptos específicos y de precisiones a los objetivos que hacen más explícitos determinados enfoques didácticos por un lado, y contenidos y discursos disciplinares , por otro.

Todo eso puede tener facetas positivas o negativas, pero sólo un análisis pormenorizado de cada cambio podría indicárnoslo. Lo que sí nos interesa destacar, es que además de eso, hay también una incorporación, de variable intensidad según el subsector, del enfoque de competencias. Al respecto, son pertinentes varios elementos a señalar.

La “letra chica” de los ajustes

Como dijimos, en los ajustes se incorpora el enfoque de competencia. Para nosotros, ésta introducción es la “letra chica” de los ajustes, algo que parece poco importante, pero que finalmente puede ser fundamental. El capítulo introductorio de los ajustes, se indica que: “Por ser una definición que representa un consenso amplio, se utiliza como referencia para el concepto de competencias el marco del proyecto DESECO elaborado por la OECD” . ¿Y esto que quiere decir?

Para comenzar, hay que resaltar que este ajuste curricular ha procurado seguir el enfoque promovido por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), organismo que agrupa a los 30 estados más poderosos del mundo, que representan el 70% del mercado mundial, y al cual Chile pretende integrarse.

Este enfoque está basado en las supuestas demandas que “la vida moderna” o “la sociedad” hacen a “los ciudadanos”. Bajo estas palabras encubren un enfoque mercantilista de las competencias, las cuales se enraízan en el trabajo que ha realizado desde 1997 el proyecto conocido como DeSeCo, (“Definition and selection of competences”, o “Definición y selección de competencias” en español).

El enfoque se puede evidenciar a través de las las preocupaciones fundamentales que guían sus propuestas: “¿Qué deben poseer los individuos para funcionar bien en la sociedad tal y cómo es?, ¿qué competencias deben poseer para encontrar y retener un trabajo?, ¿qué tipo de cualidades de adaptación se requieren para mantenerse al tanto de la tecnología cambiante?” (Esto se puede ver en el documento de la OCDE “La definición y selección de competencias clave. Resumen ejecutivo”)

Como aquí se puede ver claramente, su enfoque de la (sacarla) educación se basa en el objetivo de crear personas que se adapten fácilmente al sistema, TAL Y COMO ES. No quieren personas críticas, ni tampoco insatisfechas… en definitiva, personas que se amolden a la explotación y que no piensen en transformar la realidad.

Estas miradas y políticas a seguir, han sido elaboradas por los distintos Estados miembros de la OCDE, y por expertos que se basan en encuestas internacionales. No está de más decir nuevamente que los supuestos teóricos e ideológicos de estas encuestas, estudios y propuestas son absolutamente capitalistas, ampliamente debatidos y cuestionados por especialistas y profesores de diversos países .

Frente a la imposición de cambios curriculares

Este ajuste no sólo implica la introducción de una nueva idea, el concepto de competencia, que como hemos resaltado, bajo los parámetros que se inserta, es funcional y subordinada a la dominación capitalista. También se presenta como un ajuste realizado con la participación de la sociedad. Ahí es donde este cambio devela su mayor autoritarismo, pues toma en consideración como “actores de la sociedad” principalmente la opinión de “los expertos”: diversas mesas organizadas desde el Ministerio, el Consejo Asesor Presidencial para la Calidad de la Educación, y otras instancias, donde siempre prima la opinión de tecnócratas y otros personajes, que más allá de su buenas (o malas) intenciones, ocupan un lugar ajeno a la realidad cotidiana de los establecimientos educacionales .

Por otra parte, el documento de los ajustes dice tomar en cuenta el Congreso Pedagógico Curricular del Colegio de Profesores, lo cual sería finalmente la única participación deliberativa de docentes en este ajuste. Frente a esto, cabría evaluar dos dimensiones. Por una parte, el grado de participación de profesores que hay en estas instancias, que es muy limitado, no obstante no hay que quitarle validez por ello, ya que ese tipo de reflexiones colectivas entre profesores siempre son un aporte. Por otra, cuánto se toman en cuenta las propuestas emanadas del Congreso pedagógico curricular para la elaboración del ajuste. Luego de realizar una mirada sobre los documentos emanados de esta instancia, uno se da cuenta que la respuesta es, realmente, que casi nada. (cambiar la redacción) por ejemplo: …”la respuesta es escasa, o casi nula”

En general, en las políticas educacionales durante los últimos años ha sucedido algo similar. Se intenta dar un barniz de participación a las políticas que desde un principio han sido instaladas desde las esferas del poder. Cuando se incorporan a los profesores, o a otros actores sociales reales, se les encuesta, a lo más se les “consulta”, pero finalmente los actores decisivos son otros. En la elaboración de políticas públicas, en general, las organizaciones sociales tienen un rol cosmético, y hay muchos sectores excluidos de esto: los trabajadores, los pueblos originarios, las organizaciones vecinales, los propios estudiantes.

Esta situación nos plantea un gran desafío a quienes deseamos recuperar nuestra capacidad de ser sujetos educadores en función una sociedad de seres humanos libres e iguales. Frente la imposición de este tipo de cambios curriculares, y mientras no exista una relación de fuerza favorable hacia nuestro lado, sólo queda generar instancias pedagógicas que nos permitan resistir y proponer otra mirada hacia la educación, desde cada escuela o liceo, o a nivel comunal, o como queramos o podamos. Dicho en otras palabras, se trata de instancias de trabajo de resistencia pedagógica colectiva, lo cual que nos permita ir construyendo, desde los distintos contextos educativos en que nos toca desenvolvernos, las redes, los soportes, los espacios y el poder necesario para una nueva educación. Por último, sabemos que si bien se nos pueden imponer ajustes curriculares, finalmente el contexto económico, social y cultural en que nos desenvolvemos cotidianamente y en interacción con nuestros estudiantes, es un fecundo soporte para educar críticamente frente a la sociedad “TAL Y COMO ES”.

SUTE: pasado y presente de los trabajadores de la educación

SUTE: pasado y presente de los trabajadores de la educación.

Pasado

En el año 1970 se desarrollaba al calor del crecimiento del movimiento obrero y popular, el Sindicato Único de los Trabajadores de la Educación (SUTE) y con él se desenvolvía enérgicamente la idea de que los trabajadores de dicha organización, tuvieran la capacidad de negociar condiciones únicas respecto a sus remuneraciones, contratos nacionales y beneficios vinculantes para los trabajadores del norte, centro y sur del país.

Con esto también nacía la necesidad de reeditar una reforma educacional con participación y compromiso gremial-docente [1] y que tuviera cabida en el proyecto de la Escuela Nacional Unificada (ENU). La idea era condensar las aspiraciones más sentidas por el magisterio, correspondientes al proceso de transformación nacional que se vivía al compás del movimiento popular.

El gremio docente, por vía del SUTE, y la CUT a través de sus congresos locales y provinciales, organizaron el Congreso Nacional de Educación en 1973. Dicho congreso ratificaba la necesidad de avanzar en un auténtico sistema nacional de educación, de carácter nacional, productivo, científico, social e integral, un sistema regular unificado, ligado estrechamente al desarrollo económico del país.

Eran tiempos de iniciativas, creación y posibilidad para que las mayorías asalariadas del país, se dieran la oportunidad de construir una sociedad organizada entre hombres y mujeres libres e iguales. En 1971, el sector docente representaba el 14.8% de los trabajadores del sector terciario y el 20% de los trabajadores del mundo público. La enseñanza pública gratuita constituía hasta el año 73 un 80%. Los trabajadores de la educación en materia de remuneraciones tenían la posibilidad de mejoras sustanciales, ya que tenían derecho a una asignación por antigüedad, que se traducía en un 40% de aumento sobre el sueldo base al cumplir tres años de servicio. La condición de “titulado” significaba una asignación de título de un 25% a su remuneración, 30 horas pedagógicas semanales para los profesores de primaria y 36 para los de enseñanza media, estabilización en la función, atención a la salud, derecho a desahucio, jubilación, etc.

El golpe militar significó emocional y políticamente el retroceso de las aspiraciones y empeños sociales más genuinos, amables y ambiciosos que ha conocido nuestro pueblo en estos últimos 40 años. Con la dictadura se erosionó todo el tejido social construido hasta el momento. El SUTE y otras organizaciones gremiales fueron desmanteladas, y del mismo modo se procedió con las organizaciones revolucionarias. Al SUTE se le canceló su personalidad jurídica, se persiguió y encarceló a sus militantes, con esto la ENU pasaba hacer parte de la historia.

Todo el activo social fue cercenado, en todas las áreas y en específico en la educación. En 1974 la Dictadura crea el Colegio de Profesores, como manifestación del disciplinamiento y control sobre la organización magisterial de los docentes, cuyos primeros dirigentes fueron designados por las autoridades militares hasta 1986. Con la creación de una nueva institucionalidad en la Dictadura, se instauró un sistema de enseñanza subsidiaria, privatizadora y segregadora. En estos años se estructuró la carrera docente (1978), la cual aumentó la carga horaria para los profesores, se suprimió la propiedad del cargo, dejando a los profesores sujetos a destinaciones arbitrarias.

Posteriormente se produjo el paso de colegios y liceos a manos municipales, como forma de profundización de la educación subvencionada y privada. Amplias franjas de asalariados de la educación pasan a regirse por el Código del Trabajo, perdiendo fuertemente su poder de negociación, contrayéndose con esto significativamente sus remuneraciones. A cambio de esto, un porcentaje mínimo, en comparación a los docentes de establecimientos privados y subvencionados, se rigieron por el Estatuto Docente, la cual conserva hasta el día de hoy, pequeñas garantías laborales.

Han trascurrido casi 20 años de la transición pactada entre las fuerzas militares y las civiles, representadas en el conglomerado concertacionista. Han sido 20 años donde se ha desplegado intensamente la limitada plataforma económica neoliberal, cuyo efecto inmediato ha sidol la desigual distribución de las riquezas, el desmantelamiento progresivo de nuestras garantías y derechos sociales, en definitiva, la precarización sin sentido de nuestra vida, y como tal, la pérdida de proyectos, organizaciones, deseos y felicidad.

Presente.

Aun así, en el presente nos encontramos con sinceros empujes sociales, manifestados en un primer lugar en las poderosas movilizaciones estudiantiles que estremecieron al gobierno y a la opinión pública en el año 2006 y 2008, que por de pronto han marcado el paso para que otros actores sociales comiencen a dejar atrás el miedo y dispongan su corazón para el rearme social y por tanto, político de los trabajadores. Es así como diversas franjas de trabajadores vinculados a los ejes fundamentales del desarrollo económico nacional, han emprendido sus luchas, explorando precariamente y sin muchas certezas políticas -orientados más por su intuición y bajo un escenario desfavorable- masivas movilizaciones, limitadas en su contenidos, y sin claves programáticas que acomoden y articulen sus demandas en perspectivas mayores, aun así, están siendo los actores fundamentales y decisivos para lo que debe ser la estructura que vertebre a la clase trabajadora como sujeto de transformación social.

En general, los trabajadores del sector público y en particular los trabajadores de la educación, últimamente nos hemos pronunciado a partir de la negociación del reajuste del sector público (12-08), lo cual abrió un cuadro social de movilización y por lo tanto, de organización en los diversos gremios que componen y conforman el ADN del sector público. Seguido a esto, los trabajadores de la educación acompañamos tardíamente las movilizaciones estudiantiles, que demandaban nuevamente el fin a la LOCE y a la mal llamada “Libertad de enseñanza”, y por ende, la sentencia de muerte al lucro y desigualdad que esconde la educación municipal, subvencionada y privada. Junto a esto los estudiantes exigían mayores aportes fiscales del gobierno a la educación, ya que Chile, es uno de los países en la región que menor parte del gasto público destina a la educación (3,6%). Actualmente el Estado subvenciona con casi iguales montos a los establecimientos que dependen de las corporaciones municipales de educación y direcciones de educación municipal (DEM), por un lado, y a las instituciones particulares subvencionadas, por otro, beneficiando de este modo el aumento de la matrícula en el sistema privado por sobre el público.

A nivel mundial, la educación privada fluctúa entre un 10% y un 15%, y en los países de la OCDE, más del 90% de los alumnos estudia en el sistema público. Chile se encuentra muy por encima de dichas cifras, el sector privado abarca un 57% del total. Esto se debe principalmente a que la actual clase gobernante ha adoptado de forma tajante las recetas de los organismos financieros internacionales, como el FMI, el Banco Mundial y el BID, que han obligado la privatización incondicional y autoritaria de los derechos sociales.

A pesar de esto -como planteábamos-, los trabajadores de la educación, desde las movilizaciones estudiantiles hemos sacado inconscientemente las fuerzas para sumarnos a una nueva cruzada por la conquista de nuestros derechos sociales perdidos. En este camino son varias ya las franjas de asalariados que hemos comenzado a generar propuestas en la mira de dotarnos de espacios sociales lo suficientemente rigurosos, para proyectar nuestras luchas. En específico, nos referimos a contribuir en el levantamiento de un espacio orgánico sindical con voluntad de mayoría, dispuesta a trabajar para superar internamente a la realidad sindical actual, que limita y disciplina fuertemente a los trabajadores, obligándolos por defecto a la organización en sindicatos de empresa, motivo por el cual, se ha limitado la negociación colectiva a un acuerdo marco entre los dirigentes sindicales o grupos negociadores y los empleadores, cuyo impacto inmediato ha sido la pérdida sustancial de lo que corresponde a las remuneraciones y garantías contractuales de los trabajadores de Chile.

Para ir superando esta realidad, es que les convocamos a una iniciativa que se inscribe en dos registros y propuestas sociales fundamentales:

-La primera es a compartir una experiencia social amplia, estimulando con ello las diversas iniciativas que puedan surgir desde un espacio consensuado, que puede materializarse en jornadas de reflexión, escuelas político- sindical, coordinación y articulación de demandas en función de visualizarlas en planes de lucha. A Propósito de este punto, es de nuestra responsabilidad diseñar un plan de lucha que recoja las demandas sociales de los trabajadores de la educación. Para lo cual es necesario establecer un pliego que contemple y vincule demandas parciales [2] con demandas de largo aliento, tal como el fin de la municipalización; obtención de un mayor aporte fiscal; derecho a la negociación ramal única vinculada a todos los trabajadores de la educación a nivel metropolitano, regional y nacional.

-La segunda debe ser producto natural del primer empeño, y al mismo tiempo un objetivo constante que oriente y entregue coherencia a las iniciativas particulares. Nos referimos al ordenamiento programático para los trabajadores de la educación; y que creemos que pasa en un primer momento, por lograr construir al mediano-largo plazo -según nos indique la compleja realidad social-, un sindicato único nacional, es decir, revivir la idea-fuerza que agrupó en su momento a diversos trabajadores en un sindicato nacional en Chile. Como también puede ser la eventualidad transitoria de constituir una federación de sindicatos. En cualquier caso, se sostiene la necesidad y prioridad de confluir en una plataforma sindical única, de envergadura política, aglutinante en su espacio, resuelto en sus principios y prácticas.

Dichas necesidades nos demanda por ahora dar los primeros pasos de un proceso que sólo el ritmo de la lucha entre las clases sociales nos indicará y de la cual nosotros somos decisiva y profundamente responsables.

¡Por un línea sindical clasista!
¡Arriba los y las que luchan!
Contacto: correo.hechoamano@gmail.com

Entrevista de "Hecho a Mano" a Rodrigo Cornejo, del Observatorio Chileno de Políticas Educativas (OPECH) (2ª Parte)

Entrevista de "Hecho a Mano" a Rodrigo Cornejo, del Observatorio Chileno de Políticas Educativas (OPECH) (2ª Parte)

H.A.M ¿Qué sería importante para revertir la actual situación y la política educacional?

R.C.: Yo creo que esa pregunta la puede responder cualquier persona. Todas las personas que están viviendo cotidianamente la educación pueden responder esa pregunta, la mía o la nuestra como opech sería una más, de hecho el colectivo que hace este boletín puede dar respuesta mejor que la mía. Pero si me preguntas, yo creo el mundo social debe enfrentar dos planos de lucha. Por un lado los que ocurre en el plano de las leyes de las políticas nacionales de educación y por otro el plano de lo micro político, las formas de vida cotidianas. Es bueno estar informado de los devenires de la macro política, en concreto: cómo se aplica la LGE, o estar informado y monitorear la aplicación de una ley que ha pasado un poquito “piola” como es la ley de subvención escolar preferencial (ley SEP), y hay que seguir de cerca el debate del proyecto de Ley de Fortalecimiento de la Educación Pública. Respecto a estas nuevas leyes y otras más como la ley de Superintendencia y de agencias de calidad es importante que el mundo social mantenga una postura de vigilancia y lucha. Pero eso es lo macro. Yo creo que, tal vez, el mundo social le ha dado estos últimos dos años le ha dado demasiada importancia a lo macro. Quizás se pensó que era una pelea ganable, pero en realidad era ingenuo pensar así, porque si este país está en manos de catorce familias oligarcas: las universidades, los periódicos, los bancos, las autopistas, los canales de televisión, los fondos de pensiones, el parlamento, todo, es ingenuo creer que se iban a cambiar las leyes educativas para hacerla más beneficiosas para las mayorías populares. No es esa la coyuntura histórica que vive nuestro país.

Entonces yo creo que hay que darle más relevancia a otro campo de análisis, a otro plano de lucha, que tiene que ver con lo cotidiano, que los que estudian estos temas le llaman la micropolítica, o biopolítica, o la política de lo cotidiano. Yo creo que hay que ir construyendo otras formas de relaciones en la comunidad educativa, que pasan por cosas fundamentales: más respeto, más humanidad, más solidaridad, porque el neoliberalismo lo que hace es romper todas esas cosas.

Se trata de un plano que es motivo aún de escasa reflexión práctica desde los colectivos y organizaciones sociales educativas. Es un plano que tiene que ver con lo cotidiano con lo subjetivo, que es justamente uno de los pilares de la dominación capitalista neoliberal, en ese sentido es un plano de trabajo difícil. Pero por otro lado se trata de tareas o desafíos en los cuales se pueden avanzar aún cuando las leyes capitalistas de educación no cambien.

Me atrevería plantear al respecto tres campos de lucha cotidiana relevantes para los/as trabajadores/as de la educación en el Chile actual (o en el Santiago habría que decir más humildemente). Un primer desafío es avanzar en la construcción de comunidades docentes que nunca dejen de pensar en el sentido de la educación, es fundamental construir capacidades colectivas docentes en una escuela o si no se puede entre trabajadores de la educación de distintas escuelas. Se trata de construir la capacidad colectiva de pensar en la escuela, de pensar en el para qué de la escuela, pensar que de esto le puede servir a los niños, niñas y jóvenes, pensar el sentido de nuestra profesión, pensar qué tipo de ser humano queremos formar, pensar si queremos o si estamos educando para que los estudiantes se “inserten” socialmente como se dice hoy o si estamos educando para que los estudiantes transformen la sociedad. Es cierto que las condiciones laborales de los trabajadores de la educación son absolutamente adversas para la reflexión educativa. Aquí lo que cabe es luchar por transformar estas condiciones (por ejemplo tener más horas para el trabajo colectivo, para lo no lectivo), pero en el inter tanto no podemos renunciar a la capacidad humana de reflexionar sobre la praxis educativa, sobre el sentido de la educación. Si renunciamos a esto porque no hay condiciones, solo estamos acelerando aún más nuestra enajenación y, en el plano de la salud mental, nuestro sufrimiento y malestar. Quien trabaja sin sentido colectivo va derecho a la enfermedad laboral.

Hay que formar múltiples, cientos, miles de colectivos, que repito, pueden ser de un subsector, puede ser de una localidad, puede ser por afinidades ideológicas, por afinidades personales, pero hay que construir capacidad colectiva para pensar, porque los profesores han perdido la capacidad de preguntarse sobre los sentidos de la educación porque están individualizados, sobre exigidos. Entonces yo creo que es una tarea concreta. A lo mejor no nos podemos tomar el consejo de profesores de mi colegio, pero si podemos hacer trabajo colectivo cada dos semanas respecto a didácticas, preguntarse qué sentido tiene esto.

Un segundo desafío micro político de los/as trabajadores/as de la educación es abrirle más las puertas y las orejas a la formas de resistencia y de lucha juvenil. Yo entiendo que para los profes, sobre todo los que son de una generación mayor, las formas que adoptan los jóvenes son muy disruptivas. Los colectivos juveniles que se organizaron para luchar contra la LOCE, también luchaban y luchan contra la disciplina en la sala de clases, y mucho de eso es muy disruptivo. Pero ahí también está su potencialidad y riqueza, los jóvenes de los liceos populares están resistiendo contra la pedagogía de la reproducción capitalista, contra los rituales sin sentido de la escuela a los cuales muchas veces los trabajadores de la educación estamos acostumbrados, hemos naturalizado. Invito a los lectores de hecho a mano a revisar el libro que hicimos como opech sobre los estudiantes secundarios “De actores secundarios a estudiantes protagonistas” (http://www.opech.cl/Libros/doc5.pdf) o ver en you tube el video de “Motín en la sala” de Guerrillero oculto.

Hay que aprender a leer lo que hay ahí, en este sistema que es un experimento, neoliberal, en el que estaba todo tan controlado, hay que entender por qué fue el sector juvenil el que irrumpió, hay que entenderlo, preguntárselo. Tal vez ahí hay un tramo etario en el cual el neoliberalismo no ha podido encajonarlos totalmente. Entonces, hay que recibir bien esa lucha, hay aprovecharla, hay que contarla, hay que aceptarla, hay que entenderla, aprender de ella.

Entonces yo creo que los trabajadores de la educación tienen que hacer un esfuerzo de reciclarse y de entender esta lucha juvenil, de entender los códigos juveniles, de entender que estos chiquillos les importa menos la ropa, menos el uniforme, entender el lugar de la música en estas nuevas formas de organización, entenderlos, no para aceptarlos acríticamente, sino para generar puentes, porque lo que nosotros estamos convencidos es que ese puente, entre profesores, trabajadores de la educación y estudiantes luchando, no va a partir del estudiante, no tiene lógica pensar que va a partir de ellos, por la edad en que están. Es el profesor, la profesora, el inspector, el colectivo, que puede con su experiencia, con todo lo vivido, tomar eso, y entrar en un diálogo constructivo con el movimiento juvenil. Yo te diría que esa es la segunda cosa que hay que hacer, hay que tender puentes entre estas luchas, porque luchas yo creo que van a seguir habiendo. . Hay que tratar de juntar las luchas. Ahora mismo (se refiera al primer semestre) hay una movilización enorme de profesores del sector municipal por un bono que les robaron, y el otro año va a haber otra y otra, o sea luchas van a haber, porque luchas ha habido siempre. Hay historiadores que dicen que en América Latina se lucha desde el 1500 y nunca se va a parar de luchar. No hay que desesperanzarse porque las conquistas son lentas, porque luchas van a venir. Hay que tratar de conseguir pequeños avances cualitativos. Un desafío no logrado de los movimientos por la educación de 2006, 2007 y el 2008 fue tender estos puentes, construir luchas en conjunto entre profesores, trabajadores de la educación y estudiantes.

Un tercer desafío es tratar de juntar los procesos educativos del plano formal e informal, con la educación popular. Educación popular se puede hacer un poco adentro de la escuela pero principalmente ocurre fuera de ella, o en los intersticios, o una hora acá o una hora allá, yo creo que eso también se puede hacer, hay que aprender a mirar las formas de construcción de educación no formal de auto educación popular. Son procesos que están ocurriendo en multiplicidad de lugares, en la periferia de Santiago y otras ciudades, de colectivos, agrupaciones, casas okupas, talleres culturales, videístas, preu, escuelas populares, nivelación de estudios, teatro, etc. Y hay que mirar que esos procesos son educativos, y no quedarse solo con las luchas escolares, hay que romper esa barrera y empezar a juntar voces. No sé, ocupar el colegio para hacer otras cosas, o simplemente prestar ojo y aprender, porque en esas experiencias se están desarrollando procesos educativos muy ricos. Incluso estas situaciones, desde el punto de vista de las teorías del aprendizaje, de las teorías constructivistas, son muy interesantes, porque están cumpliendo con los criterios básicos para el desarrollo y el aprendizaje significativo, cuestión que muchas veces no sucede dentro de las escuelas. Estas experiencias se desarrollan en contextos de auto educación, de aprendizaje entre pares, de mayores niveles de significatividad en los aprendizajes, aprendizajes más contextualizados y pertinentes.

HaM: Muchas Gracias

R.C.: Muchas gracias a ti y saludos al colectivo, y a los lectores del “Hecho a mano” y los invito a que visiten nuestra página web www.opech.cl

Carta de Opinión

Carta de Opinión. Sindicato nº1 COMUDEF

Cristian Arenas. Profesor de Aula.

Pensar el sindicato 1 COMUDEF, sin disputas internas y rencillas permanentes, es sumar otro enfermizo engaño a nuestra neurótica geografía política. En 24 años de existencia, las distintas mesas directivas de nuestra organización han reinventado diversos sentidos para el concepto de democracia, que dependiendo de donde se mire, arrastra más o menos marcas.

La Ingeniería política que regula la conducta de los representantes, de este sindicato, de la CUT, de los partidos políticos y de otras organizaciones es sin lugar a dudas el programa de control de la ansiedad, para la cual algunos dirigentes gremiales han ensayado por largos e interminables años, administrando la rutina de hacer representatividad, en la que está premeditado, de vez en cuando , dejarse ver entre la multitud o encaramado en algún escenario, mientras tanto , van por la unidades de trabajo poniendo freno y desmovilizando el descontento, enarbolando la representatividad como garantía de un ejercicio “verdaderamente democrático”, para finalmente graduarse en ingenieros en control social.

Sin embargo todo el problema no son sólo los representantes, lo es también el representado para quien la participación consciente y activa en las decisiones sociales le son ajenas e indiferente, algunos incluso niegan la realidad que le rodea y toda posibilidad de transformación social, la que, si llegase a acontecer, lo es solo en su imaginación.

Esta es la neurosis a la que nos acostumbra el sistema y lamentablemente, de la que somos parte. Este conflicto entre el individuo y su medio, que pulsa por manifestarse a favor de impulsos instintivos reprimidos y que finalmente no purgamos, nos produce frustración y engaño, y nos lleva a perder el sentidos de la realidad, la misma que reemplazamos con construcciones mentales de nuestra fantasía y que termina por inadaptarnos a la realidad cambiante, violenta y beligerante y para la que no generamos oposición alguna, es más, terminamos por asimilarla tal y como se nos regurgita. Hasta aquí la neurosis y su diagnostico.

Aunque sabemos que los remedios para tratarla, en un individuo, van desde las infusiones de toronjil y hasta los antidepresivos, lo que sí podemos asegurar es que cuando la neurosis es colectivas lo que más le importa al sistema es la farmacología social, el calmante, el contrato social que mitiga la ansiedad, el clonazepam comunitario, para el que la Polla Record tiene una expresión y es “gol en el campo, paz en la tierra”.

En tal sentido se han invertido millones en adiestrar a sendos dirigentes a los que el empleador les pide tomar protagonismo cuando las cosas con los trabajadores se les escapan de las manos, direcciones políticas que se apresuran a pedir el regreso de los antiguos dirigentes, esos con los que es más fácil negociar, ahora que lo pienso, son los mismos cara dura que hace 5 años negociaron menos 10 % por debajo del convenio anterior y que ahora levantan discursos de fuerza y unidad prostituyendo el concepto.

Así nos pasó y probablemente nos siga pasando, pero los trabajadores a los que todavía no nos hace efecto el ansiolítico seguiremos bregando para reproducir la experiencia libertaria que todavía nos hace palpitar el corazón, Esa genuina experiencia en la que los trabajadores del sindicato uno y dos golpeando juntos como un solo puño y pusimos en jaque a una Corporación Comunal errática, y sin conducción. Compañeros trabajadores – dirigentes, con algo más que solo declaraciones de principios, con corazón e inteligencia, presionando a la patronal, para hacer un poco de justicia.

Desde esta tribuna envío un sincero saludo a las trabajadoras y trabajadores de la educación y a sus direcciones que aún se mantienen en la senda de Clotario Blest y Ernesto Miranda…Lilian, María, Alvaro, Marco, Carmen les recuerdo con alegría… recuerden que cada pequeño esfuerzo realizado tiene un profundo impacto…ustedes saben muy bien de eso…lo han demostrado con responsabilidad y persistencia y eso se saluda y respeta…confíen en los compañeros del sindicato dos…júntense para ganarle espacio a la patronal que ahora está más tranquila con el regreso del gran hermano, sacando cuentas de cómo pagar sus farras metiendo la mano en el bolsillo de los trabajadores…no se desanimen…la comunidad y el programa aún están en marcha.

lunes, 5 de octubre de 2009

Invitación a Encuentro de Trabajadores de la educación


Estimados:

Tenemos el agrado de invitarlos a un Encuentro de trabajadores de la Educación a realizarse el sábado 17 de octubre. Es de suma necesidad generar discusiones entre quienes nos movemos en el plano de la educación, para hacer un diagnostico de nuestras organizaciones y prepararnos para las futuras luchas.

Por ello, en este encuentro se expondrán, discutirán y acordarán posiciones comunes, entre quienes estamos por construir la unidad de los trabajadores de la educación, acerca de nuestra situación en cuanto a estado organizativo del sector y derechos sociales.

Contacto: correo.hechoamano@gmail.com

Declaración de Principios del Colectivo "Mal de Ojo"


¿Quiénes somos?

Somos el colectivo Mal de Ojo, un grupo de trabajadoras y trabajadores de la educación, quienes, a partir de las movilizaciones estudiantiles del año pasado, dimos paso a una serie de iniciativas de debate y construcción, en función de retroalimentarnos de la experiencia de lucha estudiantil.

Sostenemos que en el momento actual, con un contexto de mayor movilización social, agravado por un desolador panorama económico para las trabajadoras y trabajadores de este país, es vital para los sectores más activos del campo popular ponernos a la altura de las circunstancias, enfrentando los desafíos políticos que ello implica para la clase trabajadora.

Así por ejemplo, pensamos que en recientes movilizaciones sociales, como la levantada en 2008 por los funcionarios del sector público para conseguir el reajuste salarial, ponen en evidencia la fuerte participación de las bases sindicales, pero al mismo tiempo, los escuetos resultados generados por la negociación con los empleadores, en este caso, el Estado. Vemos que existe un descontento de las bases sindicales con el sindicalismo tradicional, en especial con la política cupular que tantas veces ha marcado las negociaciones. Con esto se hace necesario construir un nuevo modelo de organizaciones de clase.

En esa senda deseamos poner nuestras fuerzas. Queremos contribuir al diseño de una política sindical que sea inclusiva y resuelta en sus posiciones, que logre crecer colectivamente en la conquista de una nueva posición de fuerza de la clase trabajadora, lo cual de seguro nos permitirá efectivamente defender derechos básicos, y avanzar en mayores conquistas sociales.

Este planteamiento general se concreta en dos propuestas más específicas. La primera es que nos hacemos cargo de una propuesta para nuestro sector, planteando la construcción desde las bases sociales de un movimiento sindical significativo para los trabajadores de la educación, que vaya más allá de la pelea salarial. Paralelamente, creemos necesario fortalecer la experiencia política de las bases de trabajadores, estimulando una posición política independiente del Estado y los empresarios, así como de otras instituciones que limiten la autonomía de quienes nos reivindicamos como movimiento popular.

Reivindicando la memoria de las luchas del movimiento obrero, y con la fuerza de la lucha social del presente, para enfrentar la explotación, la injusticia, la precariedad… convocamos a todas y todos a construir espacios comunes, a organizarnos y ser parte integral de un movimiento popular y libertario.

Colectivo Mal de Ojo, Marzo. 2009