sábado, 19 de junio de 2010

El escenario político y gremial de los profesores y las tareas de la construcción, MPTRED.

3er documento de discusión: El escenario político y gremial de los profesores y las tareas de la construcción - Movimiento Popular de Trabajadores de la educación (MPTRED)

Este tercer documento de discusión, se inscribe en la invitación formal, que como Colectivo Mal de Ojo, hicimos al Movimiento Popular de Trabajadores de la Educación, para que dicha organización diera a conocer en este boletín su visión sobre los problemas claves que agobian e inquietan a los trabajadores de la educación y a la comunidad educacional de Chile, como también proporcionaran a los lectores, las propuestas sobre aquellos temas que se hacen urgentes para los trabajadores de la educación.

Estos últimos 30 años han significado para quienes trabajamos en educación una instalación, desarrollo y consolidación del modelo de mercado que, al igual que para el resto de los trabajadores, ha redundado en un deterioro de nuestras condiciones y derechos laborales.

Esto de la mano con una pérdida de la labor de fomento y desarrollo de la educación pública que el estado había tenido en las décadas anteriores. Así hemos transitado irremediablemente, en materia de educación, de un estado docente a estado subsidiario.

La lógica mercantil ha permeado la educación llevándola a una crisis de calidad y gestión que se ha manifestado con fuerza en los últimos años. La forma en que e ha enfrentado dicha crisis no es cuestionando el modelo educativo y mucho menos el sistema económico, causantes de los fracasos en esta materia, sino por el contrario reforzando sus principios y planteando soluciones técnicas a problemas políticos y económicos.

Este reforzamiento del que hablamos, se expresa en los cambios hechos a la educación desde la aprobación de la LGE en adelante, la que supuestamente era el instrumento que dejaría atrás el amarre que nos dejó en materia de formación la dictadura, se transformaría en el instrumento de su legitimación, no en vano se firma con el consentimiento de todos los sectores políticos representados en el parlamento y presentada como obra de un acuerdo nacional.

Este acuerdo implica que los intereses económicos de los privados que lucran con educación están a salvo, que a partir de este nicho en expansión se pueden generar negocios nuevos y que el estado, reforzando sus carácter de clase, servirá de subsidiario, aval y guardián del negocio.

Pero vamos de a poco y analicemos algunos aspectos de este “acuerdo nacional”.

La LGE, marco general para la educación chilena, no hace más que reforzar la educación chilena con carácter mercantil aplicando a pies juntillas los principios capitalistas, en este sentido las exigencias que se les hace a los nuevos sostenedores no es de probidad, sino de capital. Las disposiciones de estado para que alguien pueda actuar como sostenedor son que posea capital suficiente para poder instalar un colegio y dedicarse a este negocio como giro único, así se consolida la lógica capitalista que tiende a la concentración. Por otro lado se espera que las escuelas de corporaciones privadas o municipales sean sustentables en términos económicos, competitivas y tiendan a la autogestión.

En el caso de las corporaciones municipales aun no hay claridad respecto a como se agruparán los municipios, pero si como estarán formados los consejos corporativos y una vez más, se han dejado fuera de la participación a docentes, estudiantes y apoderados, es decir, sus necesidades serán definidas desde fuera. Lo fundamental de esto, es que un organismo externo al ministerio gestionará la educación pública, y en cuya composición no se contemplan expertos en evaluación, gestión educativa, currículum u otras materias relacionadas con aspectos educativos, solo se señala que el ministerio designará a dos personas con probidad para integrarse al consejo sin que esto se ajuste necesariamente a los requerimientos específicos de las comunidades que compongan la corporación.

En relación a la calidad, no existe una definición clara pues no es posible plantear con criterios educativos o pedagógico lo que realmente se pretende formar, el proyecto educativo elaborado por la dictadura, y legitimado bajo los últimos treinta años es un proyecto de mercado y eso es muy difícil de expresar con otras palabras que no sean las del mercado, es decir, competitividad, inversión privada, subvención al empresariado, mano de obra competitiva, oferta y demanda.

En relación al financiamiento, una vez más vemos como las platas del estado sirven, más que para beneficiar a los pobres, para subvencionar los negocios de los ricos. Para nadie es un misterio que la educación pública está en franco retroceso, hoy solo un 40% de los estudiantes de nuestro país que asisten a ella y por una serie de causales los colegios municipales cada vez tiene menos alumnos lo que no es frenado por el estado, sino por el contrario, pareciera ser que a todas luces la intención es que cada vez sean menos. En la práctica, esto ha significado que se esté cediendo el rol de educar y por lo tanto, de formar ciudadanos, a la empresa privada y que amparándose en la pluralidad lo que hacen es sustentar la desigualdad y eliminar la responsabilidad social que implica educar y lo que es peor, el estado actúa como sustento económico de proyectos de clase que buscan la perpetuación de la desigualdad y la generación de mano de obra barata o que ven en la educación una obra de caridad, así fundaciones católicas, proyectos del Opus Dei o de la SOFOFA se ven favorecidos por este estado cuya opción preferencial por los ricos es más que evidente.

El beneficio con el que cuentan los colegios hoy de recibir dineros para asistencia técnica, se ha convertido en otra fuente de enriquecimiento para algunos con la justificación del mejoramiento de la educación. La especialización de profesores, la asistencia técnica a los colegios, la elaboración de los planes de mejora entre otros, se han convertido en un negocio lucrativo donde más de alguna esposa, hija de los parlamentarios -concertancionistas o de la alianza- o incluso ex ministros de educación tiene sus inversiones o actúa como asesor o dueño de las llamadas ATE, que a nadie le extrañe entonces porque la aprobación unánime a LGE.

Los profesores y la educación de mercado

Así como en el ámbito más general de la educación vemos como se consolidan las lógicas de mercado, lo mismo ocurre en el ámbito laboral.

No hay una discusión respecto a las condiciones de trabajo, ni respecto a las remuneraciones y mucho menos respecto a la protección del empleo, lejos de eso incluso se debate el eliminar la única herramienta de protección que nos queda frente a la flexibilidad laboral absoluta, el estatuto docente.

Lo que si parece estar en boca de autoridades y gestores educacionales, es que la crisis de la educación es responsabilidad de los docentes, se nos imputan problemas que les compete a las sociedades en su conjunto y se nos trata con doble Standard, por un lado se nos asigna la responsabilidad de la construcción moral, intelectual y social del país pero por otro ni siquiera podemos tener seguridad laboral, reconocimiento a una carrera docente o sueldos equivalentes siquiera a otros profesionales.

Se nos aplica una evaluación docente con la amenaza de sacarnos del sistema con el argumento de que los profesores deben ser profesionales bien formados, sin embargo nadie cuestiona que durante mucho tiempo una gran cantidad de empresarios se hicieron ricos instalando institutos donde se formaban docentes durante los fines de semana.

Por otro lado, muchas de las políticas implementadas han desatado la lógica de competencia lo que ha generado una serie de presiones sobre nuestro desempeño para evitar que se cierren los colegios por bajo rendimiento, el punto es que no se plantean estímulos para nuestro mejoramiento profesional sino que debemos conformarnos y agradecer por mantener la pega.

En el ámbito privado se dan muchas más problemáticas, una de ellas es la rotación constante que se hace de profesores en algunos colegios, institutos, preuniversitarios y otras instituciones de educación. Pensar en estabilidad laboral el iluso y más aun en exigir condiciones dignas y salarios decentes.

La lógica de máxima ganancia utilizada por sostenedores y dueños de estas instituciones los lleva a perseguir cualquier tipo de organización, es así como apenas se pronuncia la palabra sindicato la empresa en cuestión se desprende de esta “amenaza” despidiendo a los trabajadores y reemplazándolos por otros que al año siguiente nuevamente reemplazará.

Tampoco se nos permite pensar mucho ya que cuado se habla de calidad en educación a lo que se refiere es a cumplir con las mediciones estándar como el Simce, de esta manera la sala de clases de los colegios que alcanzan la “excelencia académica” se convierten en aulas de preparación del Simce y no en espacios de discusión de creación de conocimiento. Así tenemos a los estudiantes contestando “pruebas tipo Simce” repitiendo una y mil veces lo que se supone que van a preguntar o ensayando la forma en que se responden dichos instrumentos y rogando para que los niños que tiene bajo rendimiento ese día casualmente falten, ¿por qué?, porque de eso depende nuestra pega.

Piñera: ¿un proyecto de educación distinto?

Frente al cambio de gobierno que sitúa a la derecha ahora también ostentando legítimamente el poder político y administrativo de nuestro país, en materia de educación no existen transformaciones significativas. Más bien se da cuenta de un continuismo en materia de política pública sobre la base de los lineamientos establecidos y perfeccionados por los gobiernos de la Concertación y que se sustentan en el marco regulatorio actual y el del futuro próximo.

No obstante esta constatación, las propuestas en materia educativa del nuevo gobierno ponen su acento en diez principios fundamentales desarrollados por los consultores del grupo Tantauco que cuenta con representantes de la elite intelectual neoliberal proveniente de Instituciones como el Centro de Estudios Públicos, Libertad y Desarrollo, Fundación Jaime Guzmán, Instituto Libertad y la UDP entre otros. Estos diez principios dicen relación con la duplicación de la subvención escolar del Estado, profundizar el modelo de calidad educativa sobre la base de estándares con metas, plazos y sanciones bien definidas, continuar con los famosos programas de apoyo para los establecimientos de bajos resultados e intervenir las facultades de educación y la formación inicial del docente. En concreto, el programa de Piñera plantea la creación de una subvención a la calidad, formar una red de expertos en educación para apoyar a los alumnos con mayores dificultades, fortalecer el liderazgos de los Directores a quienes de pasada se les subirá el sueldo; cerrar las carreras de pregrado no acreditadas y estratificar los sueldos de los recién egresados de acuerdo a un test de habilitación voluntario; reemplazar del estatuto docente por una nueva carrera docente que incluyen evaluaciones trianuales de los sostenedores, capacitar a los docentes en el inglés, dotar de recursos tecnológicos las aulas, fortalecer la lógica de los estándares para evaluar aprendizajes y empoderar a los padres como fiscalizadores de la calidad docente, todo estos sobre la base de un organigrama institucional encabezado por los alcaldes y sus comités de asesores.

En ningún caso se plantea terminar con la educación subvencionada por el Estado sino más bien fortalecer las lógicas de regulación del mercado esta vez desde las instituciones públicas. Esto no es novedad para nadie. Pero nos llama la atención como se busca reemplazar el rol del docente por comités de expertos, precedidos por destacados intelectuales de la educación, como los alcaldes y sostenedores, quienes ahora fiscalizarán a los profesores desde la lógica de los estándares que se alejan de la mirada formativa y de proceso que debieran sustentar los modelos de enseñanza y aprendizajes. ¿Y qué paso con el discurso de la diversidad y los ritmos de aprendizaje? ¿y el aprendizaje de todos los niños, niñas y jóvenes? Nuevamente se invisibilizan las diferencias y precisamente ahora, cuando nuestros establecimientos están llenos de sujetos tan diversos se espera homogenizar sus procesos a través de los famosos estándares que sustentan los modelos de calidad y eficacia escolar sobre la base del premio-castigo económico. Nos preguntamos entonces ¿A quiénes irán a beneficiar esa subvención a la calidad? ¿Quiénes conformarán las redes de expertos en cruzada para salvar la educación chilena? Bajo el telón de la tragedia del terremoto, nuestro nuevo Ministro en su discurso inaugural no se refiere a ninguna problemática en materia de educación que no sea el problema de infraestructura que pareciera ser lo central en materia educativa. El discurso de la calidad ha sido naturalizado sin que ello implique una reflexión más profunda y crítica respecto de dichos modelos exitosos exportados desde el extranjero que por sí solo debieran transformar la educación chilena a pesar de sus propios contextos.

Las tareas para el gremio: organizarse y luchar

Creemos que la situación en la que estamos inmerso no debe desincentivarnos, sabemos que la realidad de nuestro gremio es compleja, no sólo en condiciones materiales sino también en conciencia, en ganas de trabajar unidos y en disposición para la lucha, no obstante, nuestras pretenciones son de generación de organización, de solidaridad y apoyo a las luchas de los trabajadores de la educación y de crítica y propuesta en torno a las políticas educativas.

Un punto fundamental para el logro de esta pretenciones es reconocernos como trabajadores, como explotados. Tras el concepto de “profesional” se oculta la verdadera labor que tenemos dentro del sistema que es mantenerlo y perpetuarlo, insistimos entonces, que la única manera de romper con la lógica perversa de la educación de mercado que precariza cada vez mas nuestras condiciones de trabajo es la organización.

Nos planteamos la necesidad de crecer y convocar a más trabajadores del sector que adscriban a una línea de organización de carácter clasista, que cree espacios nuevos de organización como sindicatos y colectivos pero que no renuncie a conducir las que ya existen. Somos críticos de la acción de la dirigencia del Colegio de profesores, más preocupados de utilizar a los trabajadores como capital para negociar beneficios político partidarios, que de luchar por reivindicaciones justas para el sector, no obstante, sabemos que en este espacio de organización hay dirigentes comunales honestos y luchadores, que creen en la lucha para el mejoramiento no sólo de las condiciones de trabajo, no sólo de la educación sino también de la sociedad. Con esos dirigentes, con esos profesores queremos trabajar. El llamado es a constituir al interior del colegio de profesores un movimiento que enfrente la actual burocracia y se instale desde el interés de clase.

Si bien pensamos que también es necesario la reflexión y el debate en relación a la educación, creemos que la mejor propuesta se construye en la lucha misma por nuestros derechos, es por eso que queremos convocara a la organización a aquellos trabajadores de la educación que posean una sensibilidad de clase y que estén dispuestos a formar parte de distintas acciones colectivas dentro y fuera de sus espacios de trabajo, los invitamos a formarse a debatir en los colegios donde trabajan a organizarse más allá de las negociaciones colectivas, los invitamos a ser agentes de organización y cambio a conflictuar con los sostenedores y con el estado.

En definitiva, Los trabajadores de la educación convocamos a nuestros pares a la creación de un movimiento que se plantee la necesidad y posibilidad de los cambios, generando organización y movilización.

Movimiento Popular de Trabajadores de la educación (MPTRED)

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