miércoles, 18 de agosto de 2010

Piñera y Lavín: ¿Por qué la “reforma” en educación superior vale hongo?


A grandes rasgos, intentan que la educación superior en Chile logre satisfacer en mejor medida las necesidades del actual modelo económico, profundizando para ello el modelo educativo heredado de la dictadura y la concertación.

En lo concreto… ¿Qué implica?

Con la creación de un nuevo consejo en el que participan todas las instituciones de educación superior, desaparecen las pocas diferencias que existen entre lo que queda de universidad pública y las privadas.

Se profundiza el autofinanciamiento en las universidades tradicionales, ya que los pocos recursos de libre disposición que el estado entrega, se convierten en fondos concursables que podrán ser adquiridos por cualquier institución.

El crédito al que accedemos los estudiantes será más difícil de pagar. Existirá un fondo único similar al crédito con aval del estado, endeudándonos con la banca privada bajo condiciones más desfavorables que las actuales.

Se fortalecen los vínculos universidad-empresa, ya que las carreras tendrán mallas más cortas y sus contenidos responderán a lo que el empresariado requiere para aumentar sus utilidades.

Retrocedemos lo poco avanzado en democratización. Ahora con los gobiernos corporativos, miembros del empresariado y de los gobiernos de turno, tendrán participación directa en la definición de política universitaria, menoscabando la participación de la comunidad organizada.

¿Qué podemos hacer los estudiantes?

Dar la pelea y salir a la calle por una educación entendida como Derecho Social, por lo tanto gratuita y financiada con la riqueza que colectivamente el pueblo produce, autónoma del gobierno de turno y del empresariado, sin lucro, democrática y con la participación directa de las comunidades educativas y el movimiento popular organizado: en síntesis, es necesario luchar por una educación cuyo norte sean los intereses de las grandes mayorías.

¿Entre quiénes podemos construir esa alternativa?

Estudiantes, académicos, funcionarios y todos los que participan del proceso educativo son fundamentales, al igual que los trabajadores, pobladores y demás actores que componen la gran mayoría de este país. Esa educación nueva a la que aspiramos debe ser sentida y defendida por el movimiento popular en su conjunto.

Sin embargo, ciertos personajes en forma oportunista se pondrán en contra de las reformas de Piñera, a pesar de que mientras ellos eran gobierno su política educacional siguió la misma línea que la actual. Frente a la unidad vacía y poco sincera que proponen algunos parlamentarios “progresistas”, habrá que ir construyendo desde abajo y al calor de la lucha, la unidad real de los que día a día, sienten sobre sus hombros esa educación y modelo de vida impuesto por la minoría privilegiada de siempre.

¡¡Arriba los y las que Luchan!!

FeL – sección santiago.

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