Que la administración política del estado se transformó en una gran bolsa de trabajo para nadie es desconocido, esta gran vaca lechera (con el respeto que me merece este mamífero rumiante), ha servido para premiar a todos los que se destacan en la oferta de favores políticos. Al mejor postor no se le abandona, aún cuando se haya mandado alguna que otra embarrada, merece que se le considere en algún cargo de confianza.
Cuenta el dicho que un caballero no tiene memoria, lo que es completamente cierto en algunos seudo personajes del acontecer político, nacional y comunal, que en su paso por las dirigencias gremiales y sindicales hicieron sendas declaraciones de transparencia y autonomía, de lucha y justicia, pero que hoy atontados por la leche de esta generosa vaca que es el estado, asumen una posición de contención del descontento social, allí en donde el empleador los puso precisamente para ello.
No se puede seguir confiando en estos deshonestos personajes, que han sido capaces de vender su ímpetu libertario, si es que algunas vez lo tuvieron, por una posición laboral en la que aparecen agarrando el sartén por el mango, en el que se cocina el esfuerzo laboral de la clase trabajadora.
Dirigente que hoy son parlamentarios, asesores ministeriales, consejeros municipales, inspectores generales o directores, pierden toda autonomía ante la obligatoriedad de un cargo al que no concursaron, lo que pone en riesgo a la clase trabajadora, por cuanto todo lo que saben sobre movilización social, el empleador lo utiliza para la contención del descontento.
Cuando todos les conocieron como abiertos defensores de la transparencia de los concursos públicos, hoy borran con el codo lo que escribieron con la mano.
Cuando todos les conocieron como acusadores de la demagogia y el nepotismo, hoy aparecen ofreciendo soluciones populistas, que son imposibles de realizar y de paso acomodan a sus “amigos y parientes” en puestos de trabajo, saltándose el conducto regular que ellos mismos acordaron en beneficio de los trabajadores.
Decía Roque Dalton: Salvo en una sociedad completamente justa lo mejor de la vida es ser jefe… Esto sin lugar a dudas es lo que acontece día a día. De esta forma se instalan seudas democracias en las que los piños políticos se arraigan en comunas y pueblos, como verdaderos dioses, que radicalizan la maldita frase de que no se mueve ni una hoja sin que lo sepan.
En la comuna de La Florida estamos teniendo esta impresión. Muchos de los que nos jugamos por el trabajo comunitario nos vemos enfrentado al efecto de los hijos del monte en el que muchas iniciativas sociales y culturales son copadas por activistas sin sentido de territorialidad, que pretenden encauzar la vertiente libertaria para el provecho del dueño de la parcela.
De la misma forma y con completo desparpajo hacen rabietas cuando les cuestionamos la transparencia de las platas… dinero que es de todos y a quienes todos interesa en que se gastan. ¿Por que los novecientos mil del sueldo de la ex ministra no se usan en proveer de juegos para la plaza de los palos en Nuevo Amanecer? Debe ser porque los niños no votan y van siendo menos los adultos que también lo hacen… síntoma de una sociedad que comienza a andar el camino de la justicia y la libertad en manos de la comunidad y en contra del Estado.
Cristian Arena, dirigente del sindicato N1 de la Comudef
Cuenta el dicho que un caballero no tiene memoria, lo que es completamente cierto en algunos seudo personajes del acontecer político, nacional y comunal, que en su paso por las dirigencias gremiales y sindicales hicieron sendas declaraciones de transparencia y autonomía, de lucha y justicia, pero que hoy atontados por la leche de esta generosa vaca que es el estado, asumen una posición de contención del descontento social, allí en donde el empleador los puso precisamente para ello.
No se puede seguir confiando en estos deshonestos personajes, que han sido capaces de vender su ímpetu libertario, si es que algunas vez lo tuvieron, por una posición laboral en la que aparecen agarrando el sartén por el mango, en el que se cocina el esfuerzo laboral de la clase trabajadora.
Dirigente que hoy son parlamentarios, asesores ministeriales, consejeros municipales, inspectores generales o directores, pierden toda autonomía ante la obligatoriedad de un cargo al que no concursaron, lo que pone en riesgo a la clase trabajadora, por cuanto todo lo que saben sobre movilización social, el empleador lo utiliza para la contención del descontento.
Cuando todos les conocieron como abiertos defensores de la transparencia de los concursos públicos, hoy borran con el codo lo que escribieron con la mano.
Cuando todos les conocieron como acusadores de la demagogia y el nepotismo, hoy aparecen ofreciendo soluciones populistas, que son imposibles de realizar y de paso acomodan a sus “amigos y parientes” en puestos de trabajo, saltándose el conducto regular que ellos mismos acordaron en beneficio de los trabajadores.
Decía Roque Dalton: Salvo en una sociedad completamente justa lo mejor de la vida es ser jefe… Esto sin lugar a dudas es lo que acontece día a día. De esta forma se instalan seudas democracias en las que los piños políticos se arraigan en comunas y pueblos, como verdaderos dioses, que radicalizan la maldita frase de que no se mueve ni una hoja sin que lo sepan.
En la comuna de La Florida estamos teniendo esta impresión. Muchos de los que nos jugamos por el trabajo comunitario nos vemos enfrentado al efecto de los hijos del monte en el que muchas iniciativas sociales y culturales son copadas por activistas sin sentido de territorialidad, que pretenden encauzar la vertiente libertaria para el provecho del dueño de la parcela.
De la misma forma y con completo desparpajo hacen rabietas cuando les cuestionamos la transparencia de las platas… dinero que es de todos y a quienes todos interesa en que se gastan. ¿Por que los novecientos mil del sueldo de la ex ministra no se usan en proveer de juegos para la plaza de los palos en Nuevo Amanecer? Debe ser porque los niños no votan y van siendo menos los adultos que también lo hacen… síntoma de una sociedad que comienza a andar el camino de la justicia y la libertad en manos de la comunidad y en contra del Estado.
Cristian Arena, dirigente del sindicato N1 de la Comudef
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